Soledad JARQUIN EDGAR
La semana pasada decíamos que de nada o casi nada sirven las leyes, cuando en medio se interpone el interés personal, la corrupción y los malos hábitos de los servidores públicos, tanto del Tribunal Superior de Justicia como de quienes hacen las investigaciones en cada caso. Entre quienes demandas justicia y los servidores públicos parece haber un ladrón.
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