Los años del silencio de los dos sexenios panistas a temas como el VIH-SIDA tienen hoy una consecuencia. Hay una percepción social equivocada. El silencio hizo su propio camino y pensamos erróneamente, equivocadamente, que estábamos salvados, que del VIH-SIDA resultaba obsoleto hablar, el problema de salud estaba resuelto.
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